Me gusta pensar que todos partimos de ovillos.


          De muchos tipos...., ovillos de cuerda ,  de algodón otros;  los más, mezcla de tonos, grosores, colores....incluso algunos de pura lana virgen.


          Luego la vida nos desmadeja y nos convierte en lo que somos.
          En todo este trasiego sufrimos enganchones, se nos hacen rotos, nos partimos, nos esponjamos...


          Yo quiero creer que fui ovillo de lana de oveja cruzada, que en el camino se me saltaron los puntos más de una vez y que el agua caliente consiguió encogerme en varias ocasiones, pero sigo tejiéndome hasta completar una enorme colcha que de abrigo en los días de invierno.

           Piensa, ¿en qué te estás convirtiendo tú?




 -Me gustas como un oso en primavera.
-¿"Un oso en primavera"?-Midori volvió a levantar la cabeza-, ¿Qué es ésto? ¡"Un oso en primavera"!
-Imagina que paseas sola por un prado y se te acerca un osito con la piel aterciopelada y unos ojazos. De pronto el osito te dice:"¡Buenos días, señorita! ¿Quiere usted rodar conmigo?". Entonces tú y el osito os pasáis el día entero rodando abrazados por una ladera sembrada de tréboles. Es bonito, ¿no?
-Muy bonito.
-Pues a mi me gustas tanto como eso.


                                                       Haruki Murakami. Tokyo Blues.